Nunca te fijaste en las
cinturas que necesitan largas costuras
No te interesó una mujer
si algo no te obligaba a volverla a ver
Mirando anchas caderas y
finas cinturas
Te has perdido de una
verdadera deidad, de una inusual ternura
Y en el punto del tiempo
donde decides mirar más fijamente
Encuentras un tesoro
inaccesible a los idiotas de la apariencia
Abres el cerrojo con un
saludo amable y una conversación atrayente
Cambias las coordenadas
de cada mejilla donde solías poner tus besos
Al lugar que crees haber
descubierto, justo sobre sus labios suaves y tersos
Y logrando tal hazaña te
involucras en la situación
Resultando algo que
nunca pasó por tu mente
Una respuesta increíble
de explosiva pasión
Que si logras seguir el
paso
Te enseñará que la
belleza verdadera es un bello paisaje
Que no suele dejarse ver
en los pasillos de un corredor
Ni se angustia como su máscara
externa por uso de maquillaje
Cuando el hombre la
descubre
No necesita de ninguna
atadura
Pues siempre desea
tenerla a la par suya
Al mirarla ve la belleza
escondida en lugares donde nunca solía mirar
Y quiere más y busca y encontrará
Nunca cesará de aplaudir
tanto despliegue de belleza
Impaciente en cada
encuentro por una nueva explosión de pasión.
Mauricio Bustamante
4 de Diciembre de 2015
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