Escuché decir entre dientes
Que era capaz de adiestrar serpientes
Solo mirándoles cual suicida demente
Y con los mismos dientes crujientes
Escuché que era capaz de ser tan arrogante
Como para hacer la promesa de un eterno amanecer
Utilizando una mirada y una sonrisa
Para confundir a aquella bella mujer
Ilusionista sería en ese mundo que aún no conocía
Donde sin tener donde dormir prometería
Una habitación cálida, interesante y vacía
Para que aquel amor que apenas conocía
Hiciera su magia desde la noche hasta el día
Detendría la guerra entre religiones
Y sería líder indiscutible entre las naciones
Y con mi tan proclamada autoridad
Masacraría la mentira antes de salir de las bocas
Y para que recostaras tu sublime piel
Haría suavizar hasta la textura de las rocas
Y al terminar tan elaborada actuación
Te diría que en la mañana creí escuchar una mentira
Y antes de masacrarla como lo habría hecho en mi rutina
Y viendo tu piel eriza de admiración
Preferí besarte suavemente tachando lo que sería una mera ilusión.
Mauricio Bustamante Sáenz
19/11/2015